martes, 28 de agosto de 2012

10:45 - No comments

Catarsis


Catarsis

Sin proponérselo, miraba cada día el listado de pacientes por si estaba su nombre.

Sin una explicación aparente, ella sentía que necesitaba acudir a su consulta. Cuando tenía lugar el encuentro fingían una total indiferencia. El tiempo pasaba, el desasosiego se apoderaba de ellos, la perplejidad parecía una pelota de pin pon, el surrealismo se incrustó en sus vidas con pleno derecho, a veces se adivinaban rasgos de comedia. Una noche de luna llena sacó a pasear a su insomnio, las calles estaban desiertas. Cuando se dio cuenta estaba ante su puerta, aquella columna de granito parecía estar puesta allí a propósito, sacó el spray y, a modo de catarsis, escribió “Te quiero”.

lunes, 27 de agosto de 2012

11:35 - No comments

El invitado de las monjas azules


El invitado de las monjas azules

Cuenta una leyenda que en un remoto lugar había una montaña hueca cuya entrada era secreta. Ese secreto se transmitía oralmente de veinte en veinte años. El interior de la montaña era muy espacioso y poseía vida propia. Sus moradoras confeccionaban todo lo necesario para subsistir con la materia prima allí producida. Jamás salían al exterior; en una ocasión osaron hacerlo y, un castigo infligido por un ser superior hizo que todo indicio de vida allí creado tuviese una característica común: sería de color azul, acompañado, además, de una advertencia “si repetían la desobediencia el castigo sería más severo”. La característica de esas moradoras adquirió la condición de monjas, las cuales cada veinte años recibían la visita de un hombre joven, fuerte, atractivo y depositario del secreto de la entrada. Durante su estancia en ese lugar visitaba cada noche la alcoba de una monja azul. Una vez cumplido su cometido se organizaba una gran cena en su honor. Los manjares más exquisitos eran para él. El colofón de la cena se componía de una copa que contenía el elixir de la vida, que, paradójicamente estaba aderezado con unas gotas de cicuta,

sábado, 25 de agosto de 2012

16:27 - No comments

Indecisión


Indecisión

-Igual que lo hacen las ballenas papá, así respira la Tierra por medio de sus géiseres-. Unos pasos más atrás caminaba Sara que observando la escena, se planteaba, por tercera vez, retirar la demanda de divorcio.

viernes, 24 de agosto de 2012

11:17 - No comments

El insomnio


El insomnio

Se despertó sobresaltada creyendo que había dormido muchas horas seguidas, tal era su certeza que ni siquiera   miró el reloj; sin duda llegaría tarde al trabajo. A toda prisa combinaba su aseo y puesta a punto para salir de casa con un frugal desayuno. Casi de manera autómata echó una ojeada al reloj, y, cuál fue su   sorpresa al comprobar que faltaban aún unas cuantas horas para salir de casa. De repente recordó que tenía pendiente un trabajo literario en cuyo contenido había dos frases pertenecientes a un afamado escritor. Durante toda la semana se enfrentó en numerosas ocasiones al mencionado trabajo, pero fue incapaz de escribir una sola línea. Empezó a sentir impotencia, y esa sensación la conducía al desánimo. Se preguntaba qué era lo que le impedía crear un relato a partir de las premisas dadas. ¿Podría ser el hecho de que pertenecieran a un gran escritor?,  ¿tal vez su pertinaz resistencia a la obediencia sin más?, ¿a caso su incapacidad creadora? ¿Podría estar la respuesta en un especial bajo estado de ánimo? Fuese lo que fuese, le producía un gran desasosiego. Su ansiedad iba en aumento mientras la duda crecía. El insomnio parecía haber llegado para quedarse, y en su transcurrir ella se preguntaba una y otra vez por qué alguien escribe: “La ropa se seca al sol, y, Los plátanos se pudren en el traspatio”?

jueves, 23 de agosto de 2012

9:10 - No comments

La exposición


LA EXPOSICIÓN

Elena me pidió que la acompañara a ver una exposición itinerante- algo de relaciones rotas…-. Como, en ese momento no tenía nada mejor que hacer, la acompañé. Según iba viendo lo que allí se exponía, mi mente se estimulaba imaginando miles de historias diferentes. Imaginé que cada objeto cobraba vida y me contaba sus vivencias. Me pareció fascinante, ¡¡ rupturas contadas por testigos inanimados ¡¡. ¿Se parecerían en algo a lo que sintieron sus protagonistas? En estas cábalas andaba cuando, de repente, ¿qué ven mis ojos?, ¡el llavero de plata que le regalé con la fecha grabada       de nuestro primer encuentro amoroso¡ para el cual mandé fundir mi pulsera y sortija favorita. En el cartelito identificatorio se podía leer:”Para que cuelgues las llaves de cada una de las infidelidades que me hiciste”. Bien mirado, no era tan dramático.

domingo, 19 de agosto de 2012

11:03 - No comments

La cena


La Cena

-¿Me  acompañas a cenar esta noche? – La propuesta no por haberse demorado tanto, dejó de ser bien recibida-.

- He estado perfeccionando un plato con el que te quiero sorprender, me ha llevado su tiempo, no creas.- Le dije que sí. Me puse estupenda y acudí a la cita-. Me qué sorprendida ya que jamás lo imaginé realizando tareas domésticas. Eligió el mantel a juego con la vajilla, y el resto de los complementos no podían ser más adecuados. El vino en su punto.

- ¿Cómo se llama este plato? – le pregunté-

-Almejas al Tango- fue su respuesta-. Estaban tan exquisitas que no quise desperdiciar ni la que estaba cerrada, utilicé los dedos para abrirla. ¡No podía salir de mi asombro, en aquella hermosa oquedad una diminuta pareja bailaba un tango!


10:42 - No comments

El jardín


      Había tenido varias jornadas agotadoras y aquella noche caí en un sueño profundo, después de no sé cuánto tiempo, me despertó un ruido persistente. Me costó trabajo llegar hasta el lavabo con el fin, más que nada, de usar el agua como despertador. Cuando creí estar despierta, abrí el ventanal que me permitía contemplar el jardín; su visión serenaba mi espíritu, por lo general bastante agitado. De repente…, no, no puede ser. Aquel perfecto rectángulo delimitado por el seto que custodiaba mis plantas y flores favoritas, salpicado con los árboles traídos de paisajes lejanos, se había transformado en una especie de alfombra color naranja; y para mayor desconcierto, un ser diminuto armado con un artilugio cortante, se afanaba en hacer un extraño dibujo sobre ella.

10:23 - No comments

Decadencia

¿Dónde está el contenedor de las vajillas?, espero que esté bien señalizado, no me gustaría que se rompiesen, una era de mi abuela materna.- Alguien desordenó esas rosas, ¿quién pudo hacer algo así?-

¿Habéis visto el baúl que contiene los trajes con los que representé  Aída?- Esas rosas… ¿por qué están tan desordenadas? ¡Mis zapatos! ¿Los habéis puesto en cajas individuales?-¡No me gusta ver las rosas desordenadas!

¡Y mis sombreros! ¿Dónde están mis sombreros? ¡Que no queden atrás mis libretos, ponedlos todos juntos!

-El recibo del empeño de mis joyas no lo quiero perder, tal vez algún día…

Mis rosas... ¿por qué han desordenado mis rosas?

lunes, 13 de agosto de 2012

13:54 - No comments

El juego


    Desde mi ventana se podía contemplar aquel escenario al completo. En él se vivían cada noche situaciones insólitas. No me cabía la menor duda de que aquellas personas se divertían de modo diferente a mi idea de pasarlo bien. Utilizaban objetos que a mí se me antojaban dolorosos y poco apropiados para el placer. A pesar de todo, yo, cada noche acudía a aquel punto de mira como si de una promesa se tratara. En aquella ocasión el juego parecía aún más macabro. Uno de sus componentes, el que menos había despertado mi curiosidad, portaba un largo cuchillo. Lejos de tomar la decisión de alejarme, continué pegada al cristal como si una fuerza centrífuga me atrapase. Las pulsaciones se me duplicaron en cuestión de segundos. El cuchillo dirigido por una mano recubierta con cuero negro, se hundía una y otra vez en un cuerpo aparentemente complaciente. En mi esófago los últimos alimentos ingeridos libraban una ardua carrera por salir al exterior. La visión se me iba y volvía, pero la curiosidad pudo más y no cerré los ojos.
 

9:26 - No comments

Lo cotidiano


       Como solía  hacer, cogí el bus para regresar a casa. Ese día íbamos bastante holgados, por lo que no me costó trabajo encontrar un asiento. Me acomodé junto a una ventana y justo frente a mí se sentó una señora  que, a juzgar por su apariencia, se encaminaba hacia una celebración. No era mi intención escudriñar a la que resultó ser mi compañera de viaje durante un corto tramo, pero reconozco que sus modales eran bastante correctos, tirando a distinguidos, diría yo. Habíamos rodado dos paradas, cuando subió el hombre que se colocó a su lado; se saludaron e intercambiaron algunas frases de cortesía. Yo observaba distraídamente la escena cuando vi cómo la mujer posaba su mano sobre la de él y depositaba en ella algo parecido a un caramelo cuadrado envuelto en un  papel; acto seguido dio parada y se apeó. Cuando el hombre se sintió sólo empezó a desplegar lo que podría ser: ¿un mensaje cifrado, una dirección oculta, una declaración de amor, un cheque sin fondo, un billete de dinero falso, una limosna, una despedida...?

domingo, 12 de agosto de 2012

8:03 - No comments

Volver a empezar

     En un pueblo que se llamaba Viavis me propuso  Carlos reiniciar nuestras vidas en común. Haríamos nuevos votos con nuevas Alianzas. Pasaríamos por un ritual que borraba el pasado. ¿Por qué no? - me pregunté-, es posible que yo estuviese equivocada. Empezó la ceremonia y con ella un trasiego de personajes, uno vestido de insulto, otro de prepotencia, aquel de celos, el de más allá de mentira. De repente me desperté envuelta en sudor helado. Cuando me volví a dormir soñé que volaba.

7:52 - No comments

Parálisis


      Había perdido la noción del tiempo. Si en esos instantes alguien le hubiese preguntado cuánto tiempo hacía que vivía en ese estado, no habría sabido contestarle si días, meses o años. Deambulaba de un lado para otro como si estuviese en un laberinto y no encontrara la salida. Su cerebro decidió no pensar más. Sus pies se movían descontroladamente. Sus brazos eran dos barras de plomo incapaces de despegarse del tronco. Sus manos eran de plastilina. Sabía, desde hacía tiempo, que la luz estaba fuera, pero no encontraba la llave que abría esa puerta. Era noche cerrada y, con la frente semi apoyada en el lado derecho de la ventana, divisó allá a lo lejos la luz del tren, y como cada noche, se adivinaba sobre la última plataforma una tenue silueta varonil quizá hecha visible por la luz de su cigarrillo.


domingo, 5 de agosto de 2012

4:41 - No comments

Homenaje


       Esta zona es tan privilegiada que no puedo tomarme ni un minuto de descanso. Tengo que defender mi territorio además de proporcionarme el sustento. Tiene tantas cualidades, que me crea demasiados enemigos, todos la codician. A veces me siento extenuada. Desde aquella gran piedra hasta aquel salto de agua, hay más tesoros que en cualquier otro tramo. Aquí tengo todo lo que necesito para sentirme realizada en esta etapa de mi vida. No obstante, he de planificar bien mi formación complementaria, ahí será cuando me sienta totalmente realizada. Tendré que hacer rápidas y sigilosas incursiones para que cuando llegue el momento, tenga las ideas muy claras y tome posesión del lugar como lo más natural del mundo. Algo tengo a mi favor, y es que este sitio abrupto, limpio, oxigenado-sin olvidar mi herencia genética-, en definitiva, que esta fuente de alimentos me ha hecho fuerte. Pero eso no lo es todo. Mi más íntimo deseo  consiste en que mi definitivo hogar coincida con el de él. Le tengo el ojo echado desde hace tiempo, es más, es con el único que finjo no verlo cuando merodea por aquí, a decir verdad, me encantan las piruetas y tonterías que hace para llamar mi atención. ¡Ya lo tengo¡, ya he elegido la parte del río en la que quiero tener mi descendencia y pasar mi vejez. Su padre será el trucho más acróbata, veloz y musculoso que jamás se haya visto. En esta parte del río sus aguas aún van transparentes, por las mañanas se oyen los cantos de los pájaros que habitan en los árboles cercanos, el agua fluye plácidamente, y un grupo de hermosas mujeres intercambian conocimientos mientras lavan y ponen sus ilusiones al clareo.